Restauración ambiental de la explotación a cielo abierto "Gran Corta de Fabero"


La Gran Corta de Fabero (León) fue una de las minas de carbón a cielo abierto más grandes de Europa. Su actividad minera arranca a finales del siglo XIX y finalizó en 2018 como consecuencia de la Decisión de la Unión Europea sobre el cierre de las minas de carbón no competitivas.

¿De dónde partimos?

En la Gran Corta de Fabero nos encontramos con un espacio de 722,24 hectáreas degradas como consecuencia de la anterior actividad minera. Esto implica la existencia de terrenos contaminados y de tierras que han sufrido un proceso de excavación excesivo que presenta riesgo de derrumbes y pérdida de estructura. En definitiva, un espacio muy degradado, tanto para las personas como para el medio ambiente.

¿Qué hemos hecho?

Desde 2022 se trabaja en la descontaminación de los terrenos, previéndose un volumen de movimiento de tierras de más de 2 millones de metros cúbicos y se han cerrado de forma segura las minas e instalaciones relacionadas eliminando el riesgo de derrumbe.

Además, se ha recuperado la biodiversidad de la zona, con mejoras de la red hidrográfica y la plantación de 680.000 árboles que permitan recuperar un espacio único. Para ello, se promocionan actividades alternativas con la creación de áreas recreativas, miradores, sendas peatonales, accesos, aparcamiento…  

Otros impactos

El proyecto ha permitido generar empleo a corto plazo (unos 70 empleos durante los 36 meses de ejecución de las obras) con prioridad para los trabajadores de la minería del carbón y se acompaña con un programa, también financiado por el PRTR, de recualificación profesional de desempleados de las zonas.

Asimismo, el proyecto permitirá la puesta en marcha de diversos usos sostenibles del territorio tales como el forestal (repoblación para producción de madera), ganadero (pastizales) y otros como la creación de un aula Paleobotánica para recuperación de fósiles, la creación de recorridos educativos, mesas de interpretación, rutas de senderismo, etc.

Todas estas actividades implican una inversión total de 38,2 millones procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y el proyecto se está llevando a cabo gracias a la colaboración entre administraciones, con encargos a medio propio a la Empresa de Transformación Agracia SA SME MP y a la Empresa Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León SA.

El 30 de noviembre de 2021 el Instituto para la Transición Justa y la Junta de Castilla y León suscribieron el Convenio específico para la restauración ambiental de zonas afectadas por la transición energética en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia correspondiente a proyectos de zonas degradadas a causa de la actividad de la minería del carbón. Dentro del Convenio se incluye la Actuación de Restauración de “La Gran Corta de Fabero” que, en su momento, fue una de las minas de carbón a cielo abierto más grandes de Europa.

Inicio de las Obras: 26 de mayo de 2022. Plazo: 36 meses

La actuación se está ejecutando a través de encargos a medios propios, las Obras a la Empresa de Transformación Agraria, S.A. S.M.E. M.P. (TRAGSA) y las tareas de Dirección de Obra y Coordinación de Seguridad y Salud a la Empresa Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León S.A. (SOMACYL).

Se proyecta la revegetación, con la pretensión de establecer hábitats pascícolas, arbóreos y de vegetación de ribera.

En función de los usos, objetivos y condiciones fisiográficas se establecen 11 rodales (zonas homogéneas de actuación) de plantación y siembra. Se contemplan utilizar 23 especies arbóreas y 9 especies herbáceas y arbustivas, que deben contar con la supervisión y autorización del servicio territorial de medio ambiente de León.

Se proyecta plantar del orden de 680.000 árboles e implementar unas 300 ha de zonas de siembra e hidrosiembra.

Merece una mención especial la experiencia que se pretende realizar en el proyecto para la especie Prunus lusitanica (loro o laurel de Portugal) presente en un rodal endémico próximo a la Gran Corta de Fabero, al tratar de implantarlo en las zonas de ambiente húmedo (orillas de las cuencas endorreicas con buena iluminación y donde se cree zonas de suelo profundo).

Se contempla la remodelación topográfica, acondicionando huecos, escombreras y cortados, estableciendo taludes y laderas estables geotécnicamente y conformar la red hidrográfica.

Conlleva el movimiento de estériles de minería y tierras, que consisten en la excavación, con voladuras de roca, transporte, extendidos, conformación de geoformas y perfilados. Se proyectan movimientos de tierras del orden de 10,7 millones de m3 de estériles y 0,75 millones de m3 de tierras.

Se proyecta una red hidrográfica, ya que la existente desaparece por la intensa modificación del terreno durante la vida de la explotación de carbón.

La nueva red hidrográfica se adapta a la remodelación topográfica (por cuestiones de tipo económico, pero también por motivos ambientales y sociales) diseñando cauces estables hidromorfológica y ambientalmente, siguiendo los criterios indicados por el organismo de cuenca. En la medida de lo posible, se pretende evitar el trasvase de escorrentías y drenajes entre cuencas vertientes.

Por cuestiones de índole económico sería inviable realizar inversiones de cientos de millones de euros en recuperar la red hidrográfica previa a la explotación. Por este y otros motivos se mantienen o establecen las balsas existentes considerándolas como cuencas endorreicas. Las otras motivaciones son:

  • Hay asociada una biodiversidad de fauna a estas masas de agua.
  • Hay un interés social en la zona en que no se pierdan.
  • Realizan una función de tratamiento pasivo de la contaminación de las aguas de mina.

Además, se establece una red de drenaje de infraestructuras mediante canales, bajantes, cunetas y obras de fábricas trasversales, así como tratamientos pasivos de la contaminación de las aguas basados en humedales y fitodepuración (utilización de las plantas para realizar procesos de filtración y retener o fijar metales contaminantes).

Para poner en valor de forma accesible y segura al público los aspectos más interesantes relacionados con “la huella minera”, la geología, el medio natural, los procesos de restauración ambiental y la paleontología se proyectan diversas infraestructuras de uso público:

  • Zonas específicas en las que se pueden recopilar y reunir fósiles, o bien, recuperar o realizar reproducciones de fósiles de mayor tamaño a escala.
  • Miradores con mesas o paneles interpretativos, relacionados con la geología, los métodos de explotación a cielo abierto y los procesos de restauración ambiental.
  • Área recreativa en la zona del antiguo vivero de la explotación, con fichas explicativas sobre árboles y procesos de revegetación.
  • Los puntos de interés se conectan mediante una senda peatonal de itinerario cerrado de unos 10 km de longitud y con accesos, con aparcamiento y señales informativas, desde 3 puntos distintos del perímetro de la Gran Corta.

Finalmente, también se incluye en el proyecto la gestión y valorización de residuos de acuerdo a la legislación vigente y actuaciones de seguridad minera y vigilancia y control ambiental en 15 puntos de control.